Aliens vs. Predator: Eterno

Título original: Aliens vs. Predator: Eternal.
Guión: Ian Edginton.
Dibujo: Alex Maleev (Portadas: Glenn Fabry).
Entintado: Alex Maleev.
Color: Perry McNamee y Dan Jackson.
Fecha de publicación: Agosto 1999 (Original: Junio - Septiembre 1998).
Número de páginas: 2 prestigios de 40 páginas.
Cronología: ~2050.

Sinopsis: Un magnate japonés de más de setecientos años ha conseguido permanecer vivo gracias a los órganos de yautjas que va capturando cuando vienen a la Tierra.

Comentario personal: Lo primero que llama la atención de Eterno es el tono y la calidad de sus textos. Al margen de la historia en sí, Ian Edginton le da un toque especial, adulto, algo alejado de lo habitual en cómics de este estilo (o, al menos, juzgando por lo que se había publicado durante una década en la franquicia). De hecho cuesta creer que el autor sea el mismo que el de Mutación, un cómic con sus atractivos pero bastante plano en cuanto a guión. Esto es especialmente notorio en las cartelas -o cuadros de texto-, particularmente cuando manifiestan los pensamientos de la protagonista, narrados en primera persona con ese estilo noir de las historias de detectives.

Por desgracia, e incluso dejando a un lado la débil verosimilitud del argumento, Eterno no goza de una trama redonda que lo habría llevado a cotas más altas. Sí es atractivo su marco geo-temporal, un Japón de un futuro cercano, pero podría haber sido infinitamente más aprovechado. La acción acaba centrándose en el enorme rascacielos que preside la ciudad o bajo tierra, entre las cloacas y las estaciones de metro, privando a la historia de un contexto de lucha más urbano. Basta echar un vistazo a cómo es Tokyo hoy en día para imaginar que un encuentro entre yautjas y xenomorfos en sus calles habría sido algo totalmente innovador. En este sentido me ha parecido un hilo de oro desperdiciado.

En todo caso, lo cierto es que Eterno ofrece cosas diferentes, aunque sea para empezar el no estar ambientado en un futuro más distante, como la mayoría de cómics de la línea AVP, y -en parte por ello- suceder en la Tierra. De hecho, estos dos detalles junto con el bajo número de xenomorfos (solo dos) que aparecen y la gran importancia que se da a los yautja, hacen que sea mucho más parecido a un cómic de Predator que a otros de AVP.

En el apartado gráfico hay luces y sombras. Los dibujos de los xenomorfos son espectaculares y en general todas las personas salen bastante bien. Sin embargo y como he mencionado más arriba, creo que ese contexto de una ciudad japonesa futurista podría haberse aprovechado muchísimo más. El resultado no está mal, pero es un tanto gris para lo que uno podría esperar.

En definitiva, un cómic peculiar, narrado con un estilo adulto que no encuentra su réplica en una trama con un punto de partida original pero mal aprovechado en su desarrollo, poco creíble y con un clímax un tanto confuso y decepcionante.

Puntuación: 6'5.

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