Guión: Peter Milligan.
Dibujo: Paul Johnson.
Entintado: Paul Johnson.
Color: Paul Johnson.
Entintado: Paul Johnson.
Color: Paul Johnson.
Fecha de publicación: Noviembre 1994 (Original: Marzo - Junio 1993).
Número de páginas: 1 prestigio de 46 páginas.
Número de páginas: 1 prestigio de 46 páginas.
Cronología: Año desconocido.
Sinopsis: Una predicadora es la única superviviente del naufragio de su nave en un planeta remoto. Allí es acogida por una pequeña comunidad que esconde un secreto.
Comentario personal: El segundo one-shot de la línea Aliens que publicó Norma guarda ciertas semejanzas con el primero, Salvación. En ambos casos el protagonista es una persona creyente, de fe inquebrantable (si bien con las tentaciones humanas inevitables), y en ambos casos se ve abocada a la supervivencia en un planeta remoto tras la ruina de su nave espacial. Aún más, los dos cómics comienzan con la acción ya iniciada y sabemos lo que ocurrió por medio de un flashback. Hasta aquí los parecidos, casi idénticos en planteamiento inicial, pero muy diferentes en desarrollo.
Peter Milligan arriesgó mucho más que Gibbons, desarrollando una historia casi ajena al universo Aliens. De hecho, después de mucho tiempo nos encontramos con un cómic en el que hay un único xenomorfo, recuperando vagamente el sabor antiguo de Alien (y la denostada Alien³, también), situado en la historia como una mera amenaza, menos que un personaje, una presencia que marca la vida de los habitantes de la villa. La trama se va desplegando de forma brillante con ecos al género noir: las escenas de los vecinos saliendo de noche mientras la protagonista, recluida, ignora qué traman, son inquietantes e inmersivas.
Finalmente se desvela el misterio, secretos que revelan un argumento muy duro, adulto y macabro, como digo un tanto al margen incluso del universo Aliens porque la amenaza podía haber sido cualquier otra criatura y no habría habido ninguna diferencia. Milligan se vale de la franquicia como en cierto modo hiciera Jerry Prosser con Nido pero de forma aún más determinante, para contar una historia que podría haber encajado en cualquier otro entorno.
Por desgracia, Sacrificio tiene un enorme hándicap y no es otra cosa que las ilustraciones de Paul Johnson, de esas que, como suele decirse, o las amas o las odias, y me temo que me encuentro bastante más cerca del segundo extremo. No obstante, como siempre digo, esto es muy subjetivo, y lo que no se puede negar es que son originales y atípicas para un cómic, pero conmigo no han funcionado, esa estética casi de cuadros en algunos puntos, caótica, me distanciaba de la narración.
En definitiva, un cómic muy interesante, con una historia cautivadora que pertenece a Aliens por exigencias de la línea pero no del guión, pues se sustenta por sí sola con madurez y carácter, pero lastrado por unas ilustraciones cuestionables. En mi opinión, si Salvación hubiese sido dibujado por Johnson y este Sacrificio por Mignola, el primero habría pasado sin pena ni gloria y el segundo estaría en los altares de la franquicia. Nunca lo sabremos.
Peter Milligan arriesgó mucho más que Gibbons, desarrollando una historia casi ajena al universo Aliens. De hecho, después de mucho tiempo nos encontramos con un cómic en el que hay un único xenomorfo, recuperando vagamente el sabor antiguo de Alien (y la denostada Alien³, también), situado en la historia como una mera amenaza, menos que un personaje, una presencia que marca la vida de los habitantes de la villa. La trama se va desplegando de forma brillante con ecos al género noir: las escenas de los vecinos saliendo de noche mientras la protagonista, recluida, ignora qué traman, son inquietantes e inmersivas.
Finalmente se desvela el misterio, secretos que revelan un argumento muy duro, adulto y macabro, como digo un tanto al margen incluso del universo Aliens porque la amenaza podía haber sido cualquier otra criatura y no habría habido ninguna diferencia. Milligan se vale de la franquicia como en cierto modo hiciera Jerry Prosser con Nido pero de forma aún más determinante, para contar una historia que podría haber encajado en cualquier otro entorno.
Por desgracia, Sacrificio tiene un enorme hándicap y no es otra cosa que las ilustraciones de Paul Johnson, de esas que, como suele decirse, o las amas o las odias, y me temo que me encuentro bastante más cerca del segundo extremo. No obstante, como siempre digo, esto es muy subjetivo, y lo que no se puede negar es que son originales y atípicas para un cómic, pero conmigo no han funcionado, esa estética casi de cuadros en algunos puntos, caótica, me distanciaba de la narración.
En definitiva, un cómic muy interesante, con una historia cautivadora que pertenece a Aliens por exigencias de la línea pero no del guión, pues se sustenta por sí sola con madurez y carácter, pero lastrado por unas ilustraciones cuestionables. En mi opinión, si Salvación hubiese sido dibujado por Johnson y este Sacrificio por Mignola, el primero habría pasado sin pena ni gloria y el segundo estaría en los altares de la franquicia. Nunca lo sabremos.
Puntuación: 6'5.
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