Guión: Randy Stradley.
Dibujo: Phill Norwood y Chris Warner.
Entintado: Karl Story, Mark Propst, Brian Stelfreeze, Stine Walsh y Robert Campanella.
Color: Monika Livingston e In-Color.
Entintado: Karl Story, Mark Propst, Brian Stelfreeze, Stine Walsh y Robert Campanella.
Color: Monika Livingston e In-Color.
Fecha de publicación: Junio - Octubre 1992 (Original: Noviembre 1989 - Abril 1991).
Número de páginas: 30 (precuela) + 28 + 27 + 29 + 31 (cómic original) + 9 (epílogo).
Número de páginas: 30 (precuela) + 28 + 27 + 29 + 31 (cómic original) + 9 (epílogo).
Cronología: Año desconocido.
Sinopsis: En el planeta remoto Ryushi, colonos de la Tierra se ven forzosamente inmiscuidos en una guerra entre dos criaturas alienígenas.
Comentario personal: Finalizaba el año 1989 cuando Dark Horse publicaba, en tres números consecutivos de su revista Dark Horse Presents, la primera historia corta de AVP, que serviría como precuela de la primera serie de cuatro grapas a lo largo de 1990. En 1992 Norma hizo lo propio en España, incluyendo como primer número (de cinco) esa historia corta originalmente dividida en tres partes. Cinco años más tarde vería la luz este retapado, incluyendo incluso el epílogo de nueve páginas que también fue publicado de forma independiente en un especial de la DHP, de manera que se trata del mejor modo de tener completa la primera gran historia de AVP.
Lo que más me llamó la atención de este comienzo de línea son las diferencias con la de Aliens y, sobre todo, Predator. En el primer caso decidieron tirar del hilo de los personajes supervivientes de la película Aliens (Hicks y Newt, y posteriormente Ripley) y crearon una historia densa y trabajada, pero algo continuista. En el segundo, sustituyeron a Dutch Schaefer por su hermano para experimentar una historia urbana bastante desafortunada. En el caso de AVP todo había de ser nuevo. Nuevos personajes, nueva ambientación, una época no especificada y ese arma de doble filo que es la libertad total para crear lo que quieras. El resultado fue un rotundo éxito.
La premisa no es muy diferente de la que hemos podido ver años más tarde en el cine. Los yautja utilizan reinas alien para, con sus huevos, poder impregnar a cualquier huésped y organizar así una especie de safari. Como es habitual, una práctica tan peligrosa puede salir muy mal, y más si por el medio se encuentra un asentamiento humano con el que no se contaba. La primera parte de este cómic, realmente una historia corta dividida en tres (aliens, predators y por fin el encuentro entre ambos), tiene un tono diferente. Los humanos solo aparecen como voz en off en forma de diálogo sobre la naturaleza y el progreso. En algunos momentos incluso se hace incómodo de leer al tiempo que visualizas unas imágenes que no tienen nada que ver, pero es una presentación inteligente de lo que pasará más tarde.
La acción real empieza en el segundo número, pero se va generando de forma muy pausada. Los personajes son presentados, entre ellos Machiko Noguchi, por derecho propio una de las protagonistas más carismáticas de todo el universo AVP. Podría incluso decirse que hay una porción de historia detectivesca, dejando que los personajes vayan poco a poco dándose cuenta de que algo no va bien, empezando como un día de trabajo cualquiera que va yéndose al traste en un goteo de catástrofes totalmente imprevistas.
Quizá eso sea lo que más me ha gustado -e impresionado- del cómic en sí, la sensación de que podría perfectamente haber sido una película, una historia redonda con su presentación, nudo y desenlace, con el tempo muy cuidado, la acción in crescendo, los personajes evolucionando. Como he dicho más arriba, el empezar de cero suele tener estas ventajas, el tener que introducir a los personajes, el marco y básicamente sentar unos cimientos, hace que la obra, ya sea literaria o cinematográfica, se tome un tiempo y espacio que inevitablemente la nutre de mayor solidez. He visto fracasar secuelas porque esa primera parte ya era conocida para el público y, por tanto, la acción tenía que empezar antes, dejando muy poco margen para poder fortalecer la narración porque las bases ya estaban puestas.
Las ilustraciones están muy bien, poco más puedo decir sobre ellas. Los xenomorfos suelen tener habitualmente más éxito (es decir, que se diría que son más fáciles de dibujar), pero he visto dibujos de predators que dejaban mucho que desear y en este cómic son excelentes. Además, la primera página de cada número casi parece un póster, una ilustración a página completa y muy detallada.
En definitiva, una obra mayúscula, una historia impecable y una manera inmejorable de iniciar una línea que supuso un antes y un después en el mundo del cómic.
Lo que más me llamó la atención de este comienzo de línea son las diferencias con la de Aliens y, sobre todo, Predator. En el primer caso decidieron tirar del hilo de los personajes supervivientes de la película Aliens (Hicks y Newt, y posteriormente Ripley) y crearon una historia densa y trabajada, pero algo continuista. En el segundo, sustituyeron a Dutch Schaefer por su hermano para experimentar una historia urbana bastante desafortunada. En el caso de AVP todo había de ser nuevo. Nuevos personajes, nueva ambientación, una época no especificada y ese arma de doble filo que es la libertad total para crear lo que quieras. El resultado fue un rotundo éxito.
La premisa no es muy diferente de la que hemos podido ver años más tarde en el cine. Los yautja utilizan reinas alien para, con sus huevos, poder impregnar a cualquier huésped y organizar así una especie de safari. Como es habitual, una práctica tan peligrosa puede salir muy mal, y más si por el medio se encuentra un asentamiento humano con el que no se contaba. La primera parte de este cómic, realmente una historia corta dividida en tres (aliens, predators y por fin el encuentro entre ambos), tiene un tono diferente. Los humanos solo aparecen como voz en off en forma de diálogo sobre la naturaleza y el progreso. En algunos momentos incluso se hace incómodo de leer al tiempo que visualizas unas imágenes que no tienen nada que ver, pero es una presentación inteligente de lo que pasará más tarde.
La acción real empieza en el segundo número, pero se va generando de forma muy pausada. Los personajes son presentados, entre ellos Machiko Noguchi, por derecho propio una de las protagonistas más carismáticas de todo el universo AVP. Podría incluso decirse que hay una porción de historia detectivesca, dejando que los personajes vayan poco a poco dándose cuenta de que algo no va bien, empezando como un día de trabajo cualquiera que va yéndose al traste en un goteo de catástrofes totalmente imprevistas.
Quizá eso sea lo que más me ha gustado -e impresionado- del cómic en sí, la sensación de que podría perfectamente haber sido una película, una historia redonda con su presentación, nudo y desenlace, con el tempo muy cuidado, la acción in crescendo, los personajes evolucionando. Como he dicho más arriba, el empezar de cero suele tener estas ventajas, el tener que introducir a los personajes, el marco y básicamente sentar unos cimientos, hace que la obra, ya sea literaria o cinematográfica, se tome un tiempo y espacio que inevitablemente la nutre de mayor solidez. He visto fracasar secuelas porque esa primera parte ya era conocida para el público y, por tanto, la acción tenía que empezar antes, dejando muy poco margen para poder fortalecer la narración porque las bases ya estaban puestas.
Las ilustraciones están muy bien, poco más puedo decir sobre ellas. Los xenomorfos suelen tener habitualmente más éxito (es decir, que se diría que son más fáciles de dibujar), pero he visto dibujos de predators que dejaban mucho que desear y en este cómic son excelentes. Además, la primera página de cada número casi parece un póster, una ilustración a página completa y muy detallada.
En definitiva, una obra mayúscula, una historia impecable y una manera inmejorable de iniciar una línea que supuso un antes y un después en el mundo del cómic.
Puntuación: 8'5.
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